domingo, 15 de noviembre de 2009

Del Tingo al Tango

Ubicado en la 12 calle 4-08 zona 9

No son muchos los Steak Houses que tienen bufé de guarniciones. Puedo pensar en Ni Fu ni Fa, a Fuego Lento, alguno otro, y Del Tingo al Tango, con una ubicación y un parqueo bastante convenientes.

Los cortes de carne que he probado ahí han sido entraña y lomito. Mucha gente tiene una muy positiva opinión de esa carne, pero yo la encuentro buena, no necesariamente superior a otros lugares. Lo que sí es más interesante en Del Tingo al Tango es el bufé de acompañamientos.

Estos acompañamientos son variados y entretenidos. Van desde lo más convencional como ensaladas, hasta berenjenas asadas. La ortografía de los letreritos del bufé también es muy curiosa ("verengenas azadas"). Hay papas, pastas, sopas... nada terriblemente sofisticado, pero es mucho más de lo que se encuentra en otros steak houses.

Este es uno de los lugares donde me siento cómodo de comer de manera satisfactoria, con servicio rápido y atento, y con un toque de variedad que mucha de la competencia carece. Calificación: tres lenguas y media :P :P :P :p

De Marios De nuevo

Ubicado en la 13 calle 0-43 zona 10, teléfono 23392329

Un domingo, buscando un lugar decente donde comer un brunch, finalmente me dio tanta hambre que decidí pasar a almorzar a De Marios, otra vez. Mi intención era pasar a un lugar interesante donde comer algo más o menos ligero, lo que sirven en un brunch: salmón ahumado, yoghurt, huevos escalfados... como no encontraba ningún lugar, acumulé tanta hambre que inicié mi comida en De Marios con una nada ligera entrada de riñones al vino.

Unos riñones excelentes, con una textura y un aroma muy propios y convincentes, en una salsa muy apropiada. Con sólo este plato hubiera tenido suficiente para mi almuerzo, pero como no podía quedarme en eso, lo complementé con un plato de lechón asado, una langosta al ajillo y unas crepes sussettes a la naranja.

El lechón estaba muy bueno, jugoso y crocante. La langosta se sentía fresca, pero algunos ajos estaban rayando en lo quemado, por lo que quedaron un poco amargos. No hay como los ajos ligeramente salteados, quedan dulces y aromáticos. Lástima que este no fue el caso.

Las crepes sussettes, con un persuasivo aroma a naranjas, y una textura sobresaliente, resultaban interesantes, como panqueques sofisticados, no como otras crepes que más bien parecen medias sintéticas.

El broche de oro fue un excelente café, único elemento compatible con el brunch que buscaba originalmente. Calificación: cuatro lenguas :P :P :P :P

domingo, 1 de noviembre de 2009

El Festival de la Tortuga

Alrededor del asueto del 20 de octubre, se celebró en la aldea Monterrico, del municipio de Taxisco, Santa Rosa, el Primer Festival de la Tortuga, con actividades culturales, deportivas y artísticas. El espectáculo central, por supuesto, era la liberación de las tortugas recién nacidas alrededor de las 5pm todos los días. Evidentemente, a pesar del nombre del festival, la sopa de tortuga y los huevos de parlama estaban fuera de toda consideración gastronómica.

El hotel y restaurante Café del Sol tenía un menú especial para la ocasión. Monterrico no es en absoluto un lugar elegante y sofisticado, pero su encanto radica precisamente en su sencillez, aunada a su atmósfera desenfadada, pero cosmopolita.

Olvidé tomar agua quina, cosa que acostumbro para reforzar el efecto del repelente de mosquitos, por lo que regresé a la ciudad con un souvenir de abundantes picaduras.

Durante mi estadía en el Café del Sol, que me parece es uno de los mejores lugares para comer, probé un ceviche monterriqueño, un pescado con salsa de tamarindo y manías, un carpaccio de atún, una sierra a la plancha y un soberbio caldo de mariscos.

El carpaccio era un experimento un poco atrevido para mi gusto, con texturas gelatinosas, aromas agresivos de pescado, y pan de poco conspicua presentación, no fue algo que volvería a pedir. Al contrario, el pescado en salsa de tamarindo era un plato más interesante, con una vistosa salsa agridulce sobre un filete jugoso, si no estoy mal, de dorado.

El ceviche monterriqueño lo sentí fresco, con un toque agrio inmejorablemente modulado, servido en una copa de esas que llaman "tongolele" o "chimbombona" o "chivola". Una copa gemela con una michelada fue el acompañamiento perfecto para este bocadillo costero.

El caldo de mariscos era el típico platón con una jaiba, un buen pedazo de tacazonte fresco, uno de los mejores pescados para hacer sopa, en mi opinión, y una docena de camarones, o algo así. Los camarones tenían un gusto extraño, por lo que no los comí todos. El pescado y la jaiba sí fueron mi deleite, abrigados por el aromático caldo.

La sierra, por ser un pescado sin escamas, tiene una piel más gruesa y una carne que no es muy delicada, pero bien preparado, como en esta ocasión, puede ser un plato bastante convincente.

Aunque el restaurante era en general un poco lento, tenían el atino de llevarle a uno nachos con queso mientras esperaba.

Las cervezas me mantuvieron a salvo de la deshidratación (right!) y la comida, el paisaje y un buen masaje, fueron la combinación inmejorable para un fin de semana largo.

En mi trayecto hacia Monterrico pasé a desayunar a un lugar que está después de Sarita, cuyo nombre no recuerdo, pero es un local con restaurante, tienda de conveniencia y tienda de artículos para surf. Ahí me tomé un atol de plátano espectacular. A mi regreso, pasé desayunando en Nais, unos huevos en salsa de espinaca dentro de un pan campesino, muy agradable también.

En la carretera de Monterrico a Hawaii está el hotel Dos Mundos, a donde pasé para hidratarme después de una caminata, y cuyo menú me llamó mucho la atención. En mi próxima visita pasaré por allí para verificar si la comida vale lo que cuesta.

Mi calificación general para el Café del Sol, es un balance bastante positivo de tres lenguas y media, muchos éxitos para el próximo Festival de la Tortuga! :P :P :P :p

Restaurante Le Petit Gourmet

Ubicado en el Km. 15.5 Carretera a El Salvador, Centro de Conveniencia Concepción, local 19, teléfono 66373597.

Le Petit Gourmet es un pequeño restaurante, muy evocador, de mobiliario sencillo y con muchas estampas, fotografías e imágenes evocadoras, que se centran en el vino, las viandas y la vida.

Es sorprendente el profundo conocimiento de las meseras sobre la cocina, por lo que uno puede sentirse muy bien asesorado y ordenar con confianza del menú que, a pesar de no ser terriblemente extenso, sí tiene una muy interesante variedad de opciones.

Mi orden consistió en un paté de entrada, un lomito Café de París como plato fuerte y un clafoutis de ciruela como postre. El paté era menos visceral de lo que me esperaba, por lo que me supo como a carne prensada en lugar de hígado, no estaba mal, pero no me sedujo tampoco.

El plato fuerte fue bastante más interesante. Como comenté en otra reseña, la salsa Café de París es muy compleja y se hace a base de mantequilla. Este lomito no descansaba en la original salsa Café de París, pero hacía un intento que me dejó bastante satisfecho. Dos serenos medallones de lomito descansaban sobre una de las mejores salsas morenas que he probado en mi vida, sabrosa y aromática, y sobre cada medallón había una cucharadita de mantequilla de hierbas.

De postre escogí el clafoutis, de inspiración encantadoramente casera, pero con una sutil sofisticación, esta especie de tarta fue un agradable final.

En otras ocasiones he probado las ancas de rana, muy buenas, con fuerte aroma a ajo y perejil, igual que los escargot. El fondue también me gustó mucho.

En resumen, Le Petit Gourmet es un lugar agradable, discreto y con una cocina muy convincente. Con gusto le doy cuatro lenguas :P :P :P :P