sábado, 11 de julio de 2009

Restaurante La Perla

Ubicado en el centro comercial Plaza Tiffany en la 13 calle "A" 7-19 zona 10, teléfono 23661544.

Definitivamente la mezcla de Edith Piaf con Edith González está terriblemente de moda entre los decoradores de restaurantes. Tal vez tengo que explicar un poco qué decir con esto. Es un estilo que recoge las texturas y los colores de Francia de finales del siglo XIX y principios del siglo XX, es decir, terciopelos, panas y fieltros (realmente ignoro la diferencia entre uno y otro, pero se trata de esas telas peludas y suaves), en colores metálicos y obscuros, aplicados a muebles de madera con curvas suaves y adornos moderados. Esto se contrasta con otros muebles con colores neutros, como blanco, negro, o transparentes, y diseño con líneas rectas, o muebles que parecen de juguete, de influencia sueca tal vez. Seguramente este estilo tiene un nombre y una historia bien definidos, pero desconocidos para mí.

En fin, La Perla también está influenciada por esta tendencia. Es un interesante restaurante que mezcla algo de la estética de un bar de sushi con el estilo Edith-Edith que acabo de describir, lo que crea una atmósfera de "lounge".

El menú está impreso en un tarjetón que me recuerda al periódico "El Imparcial", muy curioso. Tiene una selección no muy extensa pero sí interesante. Hay algunas recomendaciones del chef. Yo no tenía mucho apetito, por lo que no pedí entrada. Tampoco hubo bocadillo de cortesía.

Ordené una cimarrona, y me la llevaron amarga, nada fresca. Cuando observé esto frente al mesero, inmediatamente se la llevaron para traerme una fresquísima.

El menú tiene este sistema en el cual el plato fuerte y su guarnición se ordenan, y se cobran, por separado. Aunque con este sistema el precio puede parecer un poco alto, tiene la ventaja de ser opcional y además ofrece variedades interesantes de guarniciones.

Yo ordené un robalo imperial con croquetas de risotto y azafrán. Las croquetas lucían muy bien y estaban acompañadas por un picadillo de tomates guisados generoso y discreto. El robalo merece una descripción más detallada. Era una loncha de filete con una salsa de mandarinas y macadamias. La salsa iba de lo amargo a lo dulce, en un estallido de sabores extremadamente interesante y temerario.

El pescado estaba rebozado en un poco de harina, lo que me parece una pequeña trampa para reducir el sabor a pescado y mantener la integridad de la carne. Confieso que no es un plato que volvería a ordenar, pues para mí, la combinación entre lo agridulce y pescado sólo es aceptable si se galvaniza con especies fuertes, lo que esta salsa no tenía, pero me quito el sombrero ante la sagacidad de la receta.

De postre pedí un mousse de chico-zapote. Me gusta más escribir el nombre de esta fruta con guión, pues luce más sofisticada, algo así como "Camila Parker-Bowles". El mousse era cremoso y más pesado de lo que me hubiera imaginado, suficiente para compartir entre dos personas. De convincente aroma y seductor sabor, el mousse venía acompañado de un gajo de cítrico, naranja o mandarina, no estoy seguro, un toque un tanto excéntrico para mi gusto.

La Perla, definitivamente tiene una cocina audaz, sin temor a experimentar, que estimula la curiosidad para que el paladar del comensal se encuentre con agradables sorpresas, asumiendo algún emocionante riesgo. Calificación, cuatro lenguas :P :P :P :P

2 comentarios:

  1. Yo ordené un postre La Perla, que era pastel de chocolate, con almendras, chocolate arriba, abajo, y cajeta... Muy rico, aunque el chocolate de arriba estaba ligeramente quemado; con bastante caracter, el clásico toque amargo y buena presentación.

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  2. LA Perla ha evolucionado, más platos, más variedad, y siempre con la mejor atención, en especial el Chef, Juan Carlos Rodas Mazariegos, excelente en la cocina, así como en la atención al cliente, hay que probar el nuevo MAR y TIERRA, el puyaso, y los anacates que ya es temporada, felicitaciones,

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