domingo, 15 de febrero de 2009

Restaurante ONE

Ubicado en la 14 calle 4-74 z 10

Siempre he desconfiado de los restaurantes que se esmeran demasiado en parecer minimalistas. Ha de ser una cuestión de malas experiencias: comida recién descongelada, recalentada o sin buena sazón.

ONE resultó ser una excepción en cuanto a la frescura de los ingredientes. Está decorado con mucha dedicación, y es como una mujer cuarentona que va donde un cuestionado cirujano plástico, resultando una belleza irrefutable, pero muy alejada de lo natural. Sin duda, es cuestión de gustos, y como yo ya superé mi etapa minimalista, ahora no venero tanto este estilo como lo hacía hace unos diez años. Estoy seguro que a quien guste del minimalismo, el ambiente de ONE le vendrá mejor que a mí.

Pero vayamos a la comida, que es lo central para nosotros. De cortesía me sirvieron un chirulo, bueno, disculpen, tal vez no debería utilizar esta palabra pero me pareció la más adecuada, era un cono cremoso y breve, de queso crema con un toque de queso azul y cilantro, rodeado de aceite y vinagre balsámico y decorado con semillas de ajonjolí, para untar en panitos tostados. El chirulo estaba muy bueno. Mucho más original e interesante que otras pastas o ingredientes para untar de la competencia.

La entrada consistió en ravioles de arroz, camarón, jengibre, menta y leche de coco. El menú fallo en indicar el ingrediente principal de los ravioles: retoño de soya. La tela de los ravioles me recordó al sa ho fan, una tela de arroz ancha y un tanto elástica, muy deliciosa. La salsa aromatizada con coco y con un delicado balance entre espesura y sabor fue el toque maestro para este plato. Dentro, un camarón sin muchos atributos, rodeado de retoño de soya. Apreciada en su integridad, la entrada es un éxito, pero el menú debiera ser más honesto en cuanto a la soya.

Los platos fuertes que probé fueron la pechuga de pato con algas marinadas en vinagre de arroz y aceite de ajonjolí y el stir fry de fideos de arroz al tamarindo, coco y camarones perfumados con jengibre. No trate usted de nombrar estos dos platos de un solo aliento que se asfixiará.

La pechuga de pato era muy consistente con el concepto del restaurante: cortada en piezas ortogonales, para un solo bocado, en el punto justo de cocimiento y en cantidad estrictamente suficiente para ser considerada plato fuerte. Las pedí acompañadas de puré de papas, una acertada intuición. El puré, si bien no más abundante que una latita de pomada GMS (para raspones, caídas e inflamaciones), tenía un fuerte aroma a ajo, un contraste magnífico con el endulzado pato.

El pato estaba bañado de una salsa con complejas notas cítricas y de especias, tal vez cardamomo y pimienta, ligeramente dulce y con sutil consistencia. Un plato que puedo calificar de exitoso, pero tenía un gran defecto: las nalgas, perdón, digo algas, del patoconalgas ¡NO ESTABAN POR NINGÚN LADO! Tampoco aprecié ningún aceite de ajonjolí. En el menú hay otro plato, el doble de caro, que se llama "pechugas (sí, en plural) de pato a la reducción de naranja y porcini". Sospecho que se quedaron sin los debidos ingredientes para mi plato y para taparle el ojo al macho, pusieron la salsa de reducción de naranja sobre mi patosinalgas y me lo sirvieron abusando de mi candidez en cuanto a cocina fusion.

Esto me lleva a opinar sobre el servicio. Si bien habían dos meseros atentos al área donde hay unas cuatro mesas, uno parecía totalmente desconocedor del menú y del negocio, y el otro, con más experiencia, pero sin el conocimiento suficiente tampoco. Antes de pedir el pato consideré ordenar mariscos. Pregunté al mesero sobre la trucha y el pulpo, cuál de los dos estaría más fresco. Su respuesta fue la convencional de un mesero con cierta experiencia: "ambos están muy frescos". Mmm, eso me hizo dudar de que realmente estuviera al tanto, y por eso preferí el pato.

Regresando a lo que sí comí, toca comentar el stir fry de fideos. Un plato con un volumen bastante más convencional (léase más comida) y secciones con diferentes texturas y sabores. Muy bien hecho a un precio accesible. La pasta tenía un punto de cocimiento muy bien logrado.

Después de tanta comida dulzona, acompañada de un amaretto sour también dulce, pocas ganas me quedaron para un postre, pero sacrificándome para poder hacer una crítica completa del lugar, pedí una creme brulee con agua de rosas.

La presentación de este plato estuvo excelente. Una galleta de mantequilla larga a manera de mástil de velero y una fresa fresca complementaron bien este postre interesante que sí tenía aroma a rosas, aunque no tan intenso como hubiera deseado.

Pregunté sobre el sello de ticket de parqueo, saben, esas majaderías tan propias de nosotros los guatemaltecos. Me contestaron que efectivamente en el lugar en que me había estacionado, ellos daban cierto tiempo de cortesía. Al fin de la velada me dirigí al parqueo y el empleado me dijo que esa noche no estaban aceptando sellos de ONE.

Posteriormente, al revisar la cuenta, me fijé en que me habían cobrado 40 quetzales de más. Fue el colmo de las deshonestidades.

Ravioles de soya que no lo dicen; patoconalgas, pero sin ellas; sellos de parqueo que no son aceptados y Q40 de cobro fantasma, son demasiadas falsedades para una sola noche. Si bien los guatemaltecos estamos acostumbrados a las estafas y extorsiones (el extorsionista que "cuida" los carros parqueados en la banqueta cobaraba -me dijo- Q20) y siempre debemos estar alertas, es el colmo que haya que tener tanto cuidado en un restaurante que se precia de digno.

Tal vez usted quiera disfrutar de la comida de ONE estando más alerta que este comensal, buena suerte. Yo no pienso volver a hacerlo, y esto reafirma mi desconfianza en restaurantes minimalistas. Por eso, a ONE, le saco ONE lengua :P

2 comentarios:

  1. Me parece acertado el rating de One... y no es lo minimalista lo que lo delata sino esa combinación de "lounge" (que en realidad es un bar) con un restaurante. Que negocio puede realmente manejar ambos? Cuando algo que esta dirigido a dos segmentos puede ser placentero o acertado? La comida la tacho de dulce... todo en los platos tiende a ser de sabor dulce y con esto me refiero a entradas y fuertes, no el postre! La combinación de sabores me parece totalmente desatinada, estoy totalmente de acuerdo en los sabores innovadores, es mas soy practicante de la comida fusión, pero hay un límite en la originalidad de la combinación de sabores. Una vez fue mas que suficiente para todos los que cenamos esa vez tan mala comida y servicio!

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  2. Muchas gracias por su comentario. Creo que si ONE mejorara su servicio, se podría apreciar bastante mejor su comida.

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