Después de leer "La Panza es Primero"de Rius me sentí un vegetariano convencido. Tendría yo tal vez 12 años, y estaba totalmente persuadido de que la carne era fuente de todas las enfermedades. Como cualquier pre-adolescente, yo detestaba las zanahorias y demás verduras, por lo que mi onda vegetariana no duró más de tres horas. Poco después de cumplidos los 20 años, en una estación de trenes, un señor de cabeza rapada me vendió un libro llamado "The Higher Taste". El libro estaba basado en las enseñanzas de Prabhupada, más conocido en el mundo editorial como Su Divina Gracia, A.C. Bhaktivedanta Swami Prabhupada. Con información menos entretenida que la de Rius, "The Higher Taste" construía argumentos interesantes, médicos, económicos y éticos, para no consumir carne. Los médicos y los éticos no resultaban tan contundentes como los económicos, que decantaban en ecologismo. Al final de cuentas, el objetivo del libro era propagar el hinduismo: alimentarse con una dieta libre de karma.
Al igual que esa literatura, los restaurantes vegetarianos, me parecen envueltos en esa mística oriental que me resulta más intimidante que apetitosa. Así, más que por voluntad propia, fue inducido por "peer pressure" que me dejé llevar al restaurante "El Árbol", que queda unos 100 metros al este de la entrada del gimnasio Francis Martin.
Al sólo entrar empecé a sentir la culpa de alimentarme de tanto suculento mamífero y ave y pez al que le he quitado la vida en el proceso. Me lo recordaron las simpáticas tortuguitas que viven el la fuente que está en la entrada de este restaurante sorprendentemente amplio.
Nos sentamos en la sección del jardín. Un lugar muy agradable. La carta, además de las especialidades, ofrece un menú del día, que permite combinar una sopa, un plato fuerte y una bebida. Todos los comensales pedimos uno de esos. Yo pedí una sopa fea (no recuerdo ni de qué era) y una cacerola de brócoli con arroz integral. Mis acompañantes pidieron sopa de lentejas, de la cual hablaron muy bien, y distintas lasagnas vegetarianas.
La bebida fue un refresco de maracuyá, que etimológicamente significa "criadero de moscas". Al probarlo, uno entiende por qué las moscas y cualquiera otra criatura, se puede sentir atraída a su seductor sabor, y dicen que es medio afrodisíaca. Fue lo mejor de la comida, sin duda.
Mi cacerola de brócoli tenía los verdes arbolitos, un poco recocidos para mi gusto, el recio arroz integral, y un queso interesante. Y ese fue mi almuerzo. También probé la lasagna, que me supo más bien a burrito, y los burritos sí que me gustan.
No es inusual que en un restaurante convencional pida platos sin carne: una ensalada capresse, un risotto ai funghi, o un fondue. Pero en los restaurantes declaradamente vegetarianos, me siento indigno, culpable y la comida me sabe a tratamiento para el colon irritable. Pero son cosas mías, estoy seguro que muchas personas están en mejores condiciones de disfrutar de los restaurantes vegetarianos que yo. Si encuentro un restaurante vegetariano que no me haga sentir así, seguramente le daré más de las tres lenguas que le otorgo a "El Árbol" :P :P :P
Debería probar el restaurante Primavera, en Ciudad San Cristóbal. Está a la altura del último paso a desnivel dirigiéndose al sur. Es un restaurante coreano-vegetariano, que a mi parecer es muy bueno. Cada que salgo de ahí, quedo más que satisfecha y es bastante económico.
ResponderEliminarComo le digo, debería probarlo porque ofrecen platillos exquisitos.
La culpabilidad de alimentarse de otros seres vivos que andan con patas, tienen alas o aletas se me paso en un santieamen cuando comi alfalfa y cai en cuenta que la alfalfa y el retono de soya... y otros mas del reino vegetal te los comes o cocinas aun estando vivos. si! si pones retono de soya del super o arvejas y otros por el estilo en la jardinera, en pocos dias tienes tu propia plantacion. siguen vivos mientras los cocinamos o los comemos dentro de una ensalada... me da tanto mas remordimiento. Las plantas tambien sienten... si las cuidas y les hablas, crecen mas bonitas, comprobado. Tambien se deprimen con solo cambiarlas de ambiente. Los colmillos que tenemos en la boca, indican claramente que nacimos omnivoros y nuestro cuerpo necesita las proteinas animales, irremplazables por las vegetales. Es un balance, hay que aceptar que para que uno viva, otro tiene que morir inevitablemente, aunque ese otro sea una zanahoria... sera una manzana el equivalente a un huevo de gallina? si la semilla se pierde, estamos condenando a morir a 6 futuros arboles de manzana? Aun asi, con el remordiemiento que siento al masticar alfalfa, de vez en cuando me gusta ir al Rey Sol... lo super recomiendo. Es una alternativa muy saludable de almuerzo ejecutivo.
ResponderEliminaral ver la nota sobre El Arbol...pense que hubiera sido rico probar vegetariano en Guate...al leerlo definitivamente agradezco que hayamos ido a la Hacienda...sin remordimientos!...en Colombia hay algunos buenos restaurantes vegetarianos y particularmente hay uno en la Republicana ciudad de Santa Marta (prima algo desconocida de Cartagena), donde son especialistas en comida gourmet vegetariana (aunque ellos no lo saben) y en bebidas muy particulares: sangria (jugo de uva isabella) y desinflamatoria (agua de Calendula con linaza)...muy tropical!=)
ResponderEliminarclaraq: gracias por la recomendación, he oído de ese lugar, espero poder visitarlo pronto.
ResponderEliminarAnónimo: Es muy cierto, la vida y la muerte están totalmente encadenadas, una depende de la otra. En términos kármicos, "The Higher Taste" resuelve ese fenómeno consagrando la comida a Krishna, para que se convierta en "prana". No me pareció convincente que la muerte de los vegetales se redime con esa consagración, y la de los animales no. Pero en fin, qué se yo de hinduismo. Lo cierto es que la alfalfa, aunque está tan viva como el pollo, no lo mira a uno a los ojos, sabiendo que su muerte está por llegar!
Laura: gracias por su comentario, la linaza a mí me cae terrible, pero tal vez esa composición exótica que usted menciona tenga el efecto contrario.
esa es la ventaja del super, el pollo y la alfalfa ya vienen en bandeja
ResponderEliminarA
Esa es la ventaja del super, el pollo y la alfalfa ya vienen en bandeja.
ResponderEliminarHola Sr. Gourmet, mis tiempos de ocio de han reducido asi que casi no he podido meterme a leerlo. Visité unas 3 veces ese restaurante, realmente de todo lo que comí lo único que valía la pena era una sopa de lentejas, lo demás no tenía nada especial y diría que mediocre asi que no volví a visitarlo, prefiero comer en casa, mi comida tiene mas dedicación.
ResponderEliminarSaludos
Zigzaga
Estimado Señor:
ResponderEliminarLe recomiendo probar EL REY SOL, es magnifico y deliciosisimo...
Yo he visitado EL Arbol tantas veces que puedo decir sin temor a equivocarme que he probado cada uno de los platos del menu, inlcuyendo los deliciosos licuados y jugos naturales que hacen. Les recomiendo probar la berenjena al horno con salsa de tomate y queso, el pie de pecana y el jugo de zanahoria, fresco como en ninguna otra parte.
ResponderEliminarSaludos
Tengo que confesar que me parece sorprendente que alguien a quien le interesa el buen comer no haya visitado El Rey Sol. Estoy segura que no es el único lugar en Guatemala que ofrece un menú vegetariano de calidad, sin embargo por más de doce años ya, si quiero comer bien voy al Rey Sol. La lasagna de espinaca o la de berenjena, y los platillos con garbanzos que sirven allí son mis favoritos, con el pan de hierbas caliente. Los desayunos son muy buenos también.
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