sábado, 22 de mayo de 2010

El Cocinero Fiel

Buscando en Youtube recetas para hacer hummus, me topé con esta institución mediática llamada El Cocinero Fiel. Con una presentación fluida, breve y sustanciosa, El Cocinero Fiel tiene muchísimas recetas de me he propuesto aprender. En la barra de videos a la izquierda de este texto he sintonizado su canal, pero a veces no sé que pasa y salen videos de otra naturaleza. Afortunadamente, siempre regresan los del Cocinero Fiel... ¡Espero que les guste!

6 comentarios:

  1. ¡Al fin un crítico de comida con sentido del humor y que sabe escribir! Yo no tengo un paladar gourmet ni me gusta cocinar,de hecho como casi cualquier cosa, hasta tomo café de oficina, pero me encanta probar sabores nuevos y exóticos. Tampoco miro los canales de cocina y mi biblioteca culinaria es muy frugal, de hecho me cuesta mucho seguir una receta, pero no por incapaz sino porque la considero una mera sugerencia nada más. En decir, que no podría profundizar una conversación sobre tentempiés, fritangas y cayos a la madrileña. Sin embargo me gusta mucho leer sobre críticas de restaurantes, descripción de comidas, evocaciones personales y que incluyan buena ortografía (aunque no necesariamente buena letra). Y pese a que no invierto mucho tiempo y dinero en comida, me gusta leer y escribir. Me emociona tanto que te quiero recomendar una autora que se llama Ruth Reichl. Ella fue la "editor in chief" de la revista Gourmet y antes de eso, fue la "food critic" del New York Times. Ha escrito varios libros sobre su trabajo, pero el que más me divirtió fue Garlic and Sapphires, sobre los artilugios que utilizó para que no la reconocieran en los restaurantes. También hay otro libro que he disfrutado mucho que se llama Secret Ingredients: The New Yorker Book of Food and Drink. Es una antología de historias, artículos y comentarios publicados previamente en el New Yorker por autores connotados. Advierto, tiene mucho sentido del humor, y del negro. Ojalá que los pudieras degustar, por lo menos alguno de ellos. Valen la pena. Por otro lado, que no se te olvide lavarte los dientes. Salud.

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  2. excelente su blog, seria excelente para los seguidores que haciera recomendaciones a su estilo por supuesto, de panaderias,pastelerias, casas de te, pizzerias y otros restaurantes vegetarianos, lo felicito por sus criticas, buen dia

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  3. Yo conocí tu blog por medio del periódico, en serio me encanta leerte siempre, encuentras el lado cómico a todo y siendo objetivo :)

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  4. Mi estimado Gourmet, en otros comentarios se ha planteado el termino gourmand, les dejo un parrafo de un articulo, que puede ayudar a quienes no tienen claro el termino.
    Mi respeto y cariño para usted. Welman

    En muchas publicaciones culinarias se usan indistintamente ambos términos para señalar al gastrónomo, al connaisseur, a aquellos que -profesionales o no- dominan el arte del buen comer. Nadie duda de que ese arte se traduce en otra palabra francesa, madre de los dos términos: gourmandise.

    Ejercitar la gourmandise es, sin duda, saber apreciar las sutilezas de un bouquet, admirar la transparencia del l vino, regocijarse ante una salsa correctamente aterciopelada y balanceada en la condimentación, y también, por supuesto, tener alerta la capacidad de crítica, que permite seleccionar, descartar, razonar, saber por qué un manjar no está a punto, cuál es el desequilibrio que le produce alguna renguera al gusto.

    Hasta aquí, todos de acuerdo; sin embargo desde hace ya varios años los gourmets y gourmands, los más expertos críticos culinarios, están enzarzados en una polémica sobre los dos términos.

    Algunos dicen que sólo merecen ser calificados de gourmets, ya que la palabra gourmand para el francés común tiene una desagradable connotación de glotonería. Otros, muchos, más razonablemente, se atienen al significado estricto que ambos términos tienen en el lenguaje gastronómico. Rigurosamente -como tan bien lo señala Prosper Montagné- el gourmet es aquel que sabe y ama los vinos. Un catador, que es un profesional, puede o no ser un gourmet (aunque es preferible y
    deseable que lo sea). Un gourmet no tiene por qué ser un catador. No necesita saber el extracto seco o el grado exacto de tanino: le basta al gourmet, con apreciar la justeza del añejamiento de un tinto o la frescura de un blanco: la delicadeza de aroma o el regusto al terruño: matices: casi poesía.

    El gourmand, en cambio (no es necesario citar a Brillat Savarin para demostrarlo) es aquel que ejerce en plenitud las virtudes ya descriptas de la gourmandise. Puede -aunque improbablemente- no ser gourmet. El gourmand es el sabio vocacional, el profundo amateur de la gastronomía.

    Un chef puede -aunque sea un desperdicio y atentaría contra su profesión- no ser un gourmand. Un gourmand puede no saber cocinar (aunque estos especímenes casi no existen). Pero sí hay matices que es preciso respetar.

    Alguien puede ser más gourmet que gourmand y viceversa. La polémica queda abierta

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  5. Mi estimado gourmet, le comparto a uno de mis criticos preferidos, que por cierto es un notable abogado y tambien guarda la discresionalidad de su nombre, pero con los años en estos menesteres ya es un mito su anonimato, pero tiene un estilo sarcastico como ud. espero no le ofenda, pero como decia Oscar Wilde,"la forma más baja de humor pero la más alta expresión de ingenio"

    Mis respetos y cariño para ud. Welman

    http://blogs.elmercurio.com/revistadeldomingo/ruperto-de-nola/

    ...Impresiona la jovialidad y entusiasmo de este personaje que, en la vida real, es un destacado académico, abogado, magíster en sociología, Director de Magíster en Humanidades de una importante universidad y Presidente del Círculo de Cronistas Gastronómicos de Chile.

    Un fragmento de una de sus publicaciones, del los dias domingos del diario el mercurio.

    ...Últimamente nos ha tocado asistir a cambios de carta en restoranes antiguos y a presentaciones de nuevos. Y como forma de dar una idea de la oferta, nos han traído a la mesa una sucesión de pequeños platos (a veces meros bocados). Y –pa' que vea Usté– nos está empezando a gustar el sistema. En vez de que le traigan a uno sólo una entrada, un fondo y un postre, puede uno probar 10 o 12 platos en miniatura. Y como muchos pocos hacen un mucho, queda uno al final de lo más contento. Se evita así el clavarse con un plato que, quizá, resultó malón y que hay que despachar, con todo, para no perder la plata (porque ha de saber Usía que parte del placer de restoranes es saber que a uno le están dando good value for money, y cuando no, uno igual se come todo lo que ya tiene pagado; en restoranes populares se respeta tan escrupulosamente esta norma de que lo pagado es del cliente que a uno le entregan una bolsita para que se lleve todo lo que no alcanzó a comerse, si es que le gustó; se evita de este modo tener uno que sentarse ante un plato enorme, como son los populáricos, y disponerse a comer hasta perder el conocimiento, a fin de aprovechar la plata).
    Hay ciertas preparaciones que no se prestan para pichintunes. Que a uno le pongan cuatro o cinco porotos con pilco en una pailita es pecar contra el cielo. Pero otros platos sí aceptan, sin perder su esencia, el servirse de a poquitos.....

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  6. Wow! Cómo se me pasó responder a estos dedicados y sesudos comentarios? Cada vez se me va haciendo más difícil llevar el control y responder apropiadamente.

    Inés V, Anónimos, Rebelle Chic y Wellman, disculpen el retraso en agradecer sus palabras, consejos y prolijos análisis.

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