Ubicado en la 16 calle 4-68 zona 10, teléfono 23343702.
Este lugar tiene un encanto misterioso. Está ubicado en una casa de mediados del siglo XX cuya estética no termina de ser art deco, ni moderna, ni tradicional, pero resulta tan familiar que hace sentir al visitante inexplicablemente cómodo y confianzudo. Si usted quiere sentirse como en casa, creo que este lugar la va a gustar.
La casa está pintada de un amarillo limón, no muy apetitoso si me preguntan a mí. Pero una vez se traspasa el umbral de la entrada, lo agresivo de ese color se olvida para dar paso a una decoración modesta. Me sentí como entrando a la cocina de la casa de alguna gente rica en los años '60: potente iluminación natural; sillas torneadas, sencillas y comunes; manteles y cortinitas de cuadros y una mesa con antipastos como listos para ser pasados al comedor.
De allí en adelante, todo fue un shock de realidad (¿querías un restaurante casero? ¡pues aquí lo tienes!). Mi orden consistió en unos tortellini rellenos de salmón en salsa de aglio e olio, un carpaccio de lomito (según ellos) y una ensalada caprese. El postre fue un pastel de chiqueadores. Lo acompañé con una copa de vino blanco.
Los tortellini no estaban parejamente cocidos, unos más duros que otros, lo que no es necesariamente malo, pues para mí resulta en un plato más interesante. Lo malo fue el relleno, que no se sentía fresco. El pescado (cuando se sentía) no aportaba más que una nota de falta de frescura. También probé un tortellini con salsa de tres o cinco quesos (no me recuerdo el número exacto) pero no era más que una salsa de crema casera.
El vino me lo sirvieron en una de esas copas como las que teníamos en casa cuando yo era niño: las que algún tío tacaño regaló para alguna boda, de vidrio grueso y cuestionable buen gusto, con capacidad reducida con el objeto de servir algún jerez u otra bebida de la cual se toma poco por su concentración, sin espacio para sentir el buqué.
El carpaccio fue lo más interesante. Definitivamente no era de lomito, sino de algún jamón curado, embullido en aceite, con cebollín picado y (he aquí lo interesante) apio. La ensalada era más para reír que para degustar. No lo digo por el tamaño de la porción, que no estaba mal. Lo digo por que era tan casera pero tan casera, que ni siquiera se tomaron la molestia de usar tomate manzano (o jitomate) sino estaba hecha con el plebeyo tomate ciruelo.
El postre también era muy casero. Un pastel de chiqueadores, emborrachado con algún licor y relleno de chocolate. Casi tan bueno como los que hacía mi madrastra.
Al final la sentencia es clara: La Fattoría es el lugar insuperable de la comida casera, la decoración casera y el servicio casero. Para eso ¡mejor me quedo comiendo en mi casa! Calificación: dos lenguas y media :P :P :p
La Original Crítica Culinaria y Crítica de Restaurantes en Guatemala
domingo, 15 de marzo de 2009
miércoles, 11 de marzo de 2009
Restaurante Papazitos
Ubicado en Condado Concepción, Km. 15 carretera a El Salvador. Teléfono 6637-3601.
Fui a desayunar a Papazitos y fue un gusto. Hay varios restaurantes que mantienen a su clientela a base de queso (sobre todo cheddar y mozzarella) crema y mantequilla. Lo combinan con papas, chiles, arroz, en pizzas, hamburguesas, ensaladas, etc. Un poco de salsa barbacoa y ya con eso tienen para hacer todo el menú.
Papazitos es uno de esos lugares, pero con un giro más artesanal. Lo artesanal se ve hasta en el acabado de sus paredes que son cortezas de árbol y láminas de zinc.
Esa decoración de Bonanza mezclado con Pizza Grizzly (donde hacían las promociones de toda la pizza que pudiera comer por 1 centavo-con razón quebraron) lamentablemente encubre bancas que, como la que me tocó, ya están flojas y medio destartaladas. Pero como combinan con lo rústico del lugar, supongo que es parte del encanto.
Mi orden consistió en un mama's hashbrown quiche, una southwestern breakfast pizza y un banana foster french toast. Como ven, la carta es evocadora de la comida rápida. Tal vez Papazitos puede considerarse comida rápida (¡atendiendo a la técnica, pero no al tiempo para servir!), pero si lo es, será la cumbre, muy por encima de su competencia.
El quiche estaba bien hecho, con rica consistencia y adornado con cebollín picado. También tenía crema por encima, a manera de espiral, que parecía decirme: recuerda que esto no es más que Friday's pero cocinado con más paciencia. Con esto quiero decir que el uso de la crema a la hora de adornar la comida es casi una confesión de que se trata de comida rápida.
La pizza estaba muy buena. La masa no era demasiado gruesa ni demasiado delgada, y estaba en ese punto de cocimiento que la deja "chewy".
Lo mejor de la mañana fue el banana foster french toast. El concepto parecía inspirado en una torreja: un pan con un relleno atractivo, bañado en una espesa miel (por supuesto, convencional miel de maple y no miel de torreja - que se aromatiza con jengibre y pimienta). El toque maestro de los bananos sobre el pan me parecieron una muestra del esmero en hacer bien este postre.
Papazitos, el restaurante que se esfuerza exitosamente por hacer de la comida rápida una experiencia memorable, se merece tres lenguas :P :P :P
Fui a desayunar a Papazitos y fue un gusto. Hay varios restaurantes que mantienen a su clientela a base de queso (sobre todo cheddar y mozzarella) crema y mantequilla. Lo combinan con papas, chiles, arroz, en pizzas, hamburguesas, ensaladas, etc. Un poco de salsa barbacoa y ya con eso tienen para hacer todo el menú.
Papazitos es uno de esos lugares, pero con un giro más artesanal. Lo artesanal se ve hasta en el acabado de sus paredes que son cortezas de árbol y láminas de zinc.
Esa decoración de Bonanza mezclado con Pizza Grizzly (donde hacían las promociones de toda la pizza que pudiera comer por 1 centavo-con razón quebraron) lamentablemente encubre bancas que, como la que me tocó, ya están flojas y medio destartaladas. Pero como combinan con lo rústico del lugar, supongo que es parte del encanto.
Mi orden consistió en un mama's hashbrown quiche, una southwestern breakfast pizza y un banana foster french toast. Como ven, la carta es evocadora de la comida rápida. Tal vez Papazitos puede considerarse comida rápida (¡atendiendo a la técnica, pero no al tiempo para servir!), pero si lo es, será la cumbre, muy por encima de su competencia.
El quiche estaba bien hecho, con rica consistencia y adornado con cebollín picado. También tenía crema por encima, a manera de espiral, que parecía decirme: recuerda que esto no es más que Friday's pero cocinado con más paciencia. Con esto quiero decir que el uso de la crema a la hora de adornar la comida es casi una confesión de que se trata de comida rápida.
La pizza estaba muy buena. La masa no era demasiado gruesa ni demasiado delgada, y estaba en ese punto de cocimiento que la deja "chewy".
Lo mejor de la mañana fue el banana foster french toast. El concepto parecía inspirado en una torreja: un pan con un relleno atractivo, bañado en una espesa miel (por supuesto, convencional miel de maple y no miel de torreja - que se aromatiza con jengibre y pimienta). El toque maestro de los bananos sobre el pan me parecieron una muestra del esmero en hacer bien este postre.
Papazitos, el restaurante que se esfuerza exitosamente por hacer de la comida rápida una experiencia memorable, se merece tres lenguas :P :P :P
sábado, 7 de marzo de 2009
Restaurante Vista'l Campo
Ubicado en el Club de Golf San Isidro, zona 16
Soy un firme creyente en que los clubes que están abiertos mientras alumbra el sol son para niños y para sus escoltas (comúnmente llamados "padres") y los clubes que abren cuando está oscuro son para gente grande. A los niños se les da de comer hamburguesas y papas fritas con ketchup. Eso es lo único que deben saber cocinar en un club abierto de día: hamburguesas y papas fritas con ketchup. La total ausencia de oferta culinaria adicional debe ser cubierta por entretenimiento: piscinas, juegos mecánicos, resbaladeros gigantes, o en el caso de un club de golf, carritos eléctricos y un jardín grande y selectivamente perforado.
Entre mejor es el entretenimiento, peor es la comida. Cuando el entretenimiento es de la magnitud de un campo de golf (¡a donde van niños también!), ya podrá usted imaginarse... y a eso que usted se imagina, ¡agréguele un precio que combine con golf!
Al examinar la carta, queriendo neciamente falsear mi creencia sobre los clubes diurnos, traté de escoger el plato que sonara más original y a la vez lo suficientemente sencillo como para que supiera bien. Mi elección fue un lomito Zacapa, es decir, con una salsa agridulce hecha con ron Zacapa Centenario (uno de los mejores rones del mundo, hágame el favor de reconocer).
Una salsa hecha a base de Zacapa Centenario suena original, y el lomito es un trozo de carne de por sí suave y jugoso que requiere genio para echarle a perder. Parecía la opción perfecta.
Pasaron como 20 minutos y finalmente me sirvieron mi orden. Eran dos medallones de carne de res, tres trozos de perulero moldeado y un colochito de pimientos en vinagre. Valga decir que los pimientos fue lo mejor del plato. El perulero estaba duro y preparado pobremente, con algo de mantequilla y perejil. La misma base, supongo, con la que preparan tooodas las guarniciones de los platos de gente grande.
El lomito fue ¿cómo decirles? imagínense que, con los ojos cerrados, mientras mastica un bocado vienen a la mente las imágenes del dirigible Hindenburg atracando en New Jersey en 1937 y empieza a incendiarse y se puede oir la voz desesperada del locutor "this is terrible!... this is one of the worst catastrophes in the world...ohhh the humanity!" Dos enmudecidos pedazos de carne retorcida, dura, reseca, en un plato páramo lamentan junto con usted tan triste experiencia...(el Titanic hundiéndose y el estallido de Krakatoa también resultan cuadros apropiados).
¡Debí haber pedido una hamburguesa con papas y ketchup!
Una catástrofe total. Dos lenguas para Vista'l Campo :P :P
Soy un firme creyente en que los clubes que están abiertos mientras alumbra el sol son para niños y para sus escoltas (comúnmente llamados "padres") y los clubes que abren cuando está oscuro son para gente grande. A los niños se les da de comer hamburguesas y papas fritas con ketchup. Eso es lo único que deben saber cocinar en un club abierto de día: hamburguesas y papas fritas con ketchup. La total ausencia de oferta culinaria adicional debe ser cubierta por entretenimiento: piscinas, juegos mecánicos, resbaladeros gigantes, o en el caso de un club de golf, carritos eléctricos y un jardín grande y selectivamente perforado.
Entre mejor es el entretenimiento, peor es la comida. Cuando el entretenimiento es de la magnitud de un campo de golf (¡a donde van niños también!), ya podrá usted imaginarse... y a eso que usted se imagina, ¡agréguele un precio que combine con golf!
Al examinar la carta, queriendo neciamente falsear mi creencia sobre los clubes diurnos, traté de escoger el plato que sonara más original y a la vez lo suficientemente sencillo como para que supiera bien. Mi elección fue un lomito Zacapa, es decir, con una salsa agridulce hecha con ron Zacapa Centenario (uno de los mejores rones del mundo, hágame el favor de reconocer).
Una salsa hecha a base de Zacapa Centenario suena original, y el lomito es un trozo de carne de por sí suave y jugoso que requiere genio para echarle a perder. Parecía la opción perfecta.
Pasaron como 20 minutos y finalmente me sirvieron mi orden. Eran dos medallones de carne de res, tres trozos de perulero moldeado y un colochito de pimientos en vinagre. Valga decir que los pimientos fue lo mejor del plato. El perulero estaba duro y preparado pobremente, con algo de mantequilla y perejil. La misma base, supongo, con la que preparan tooodas las guarniciones de los platos de gente grande.
El lomito fue ¿cómo decirles? imagínense que, con los ojos cerrados, mientras mastica un bocado vienen a la mente las imágenes del dirigible Hindenburg atracando en New Jersey en 1937 y empieza a incendiarse y se puede oir la voz desesperada del locutor "this is terrible!... this is one of the worst catastrophes in the world...ohhh the humanity!" Dos enmudecidos pedazos de carne retorcida, dura, reseca, en un plato páramo lamentan junto con usted tan triste experiencia...(el Titanic hundiéndose y el estallido de Krakatoa también resultan cuadros apropiados).
¡Debí haber pedido una hamburguesa con papas y ketchup!
Una catástrofe total. Dos lenguas para Vista'l Campo :P :P
Suscribirse a:
Entradas (Atom)