En un esfuerzo por convencerme a mí mismo de que me puedo llenar con poca comida, un día alrededor de las 6pm me dirigí a Equis Restaurante buscando algo para cenar. El truco era no esperar a que me diera tanta hambre, por lo que comer temprano era parte del plan. Al llegar al restaurante y preguntar sobre el servicio, los meseros cordialmente me indicaron que no habría más que postres y entradas hasta dentro de 20 minutos.
Bueno, esa parte del plan había fallado. No me quedó otra que rondar las vitrinas del centro comercial hasta que dieran las siete para estar seguro de disfrutar del servicio completo. Irónicamente, cuando al fin regresé y me situé en una mesa, el menú me indujo a pedir tres entradas por sobre cualquier plato fuerte.
Resulta que, como en principio desconfío de los restaurantes que están decorados con vocación minimalista, he aprendido la lección de que los platos fuertes tienen precios bastante más altos que las entradas, pero éstas los rebasan en creatividad y exquisitez.
Como bocadillo de cortesía me sirvieron una cucharita con pescado con salsa soya. Muy interesante y provocadora combinación de cubitos que se puede comer de un sólo bocado para anticipar la influencia oriental del resto de los platillos.
Me decidí por tres entradas: unos ravioles de güisquil con mantequilla de alcaparras, un tempura de mariscos y un plato variado de brochetas. Mi postre fue un sticky toffee y mi bebida una sangría que se me antojó infantil, tirando a frutipunch.
Los ravioles eran cuatro discos salpicados con alcaparras y bañados en una ligera salsa con aroma de mantequilla, que al ser cortados revelaban el curioso rallado de güisquil. De un verde pálido, el color del relleno tal vez no contrastaba lo suficiente con la pasta, pero formaba una composición interesante de efecto ligero para el estómago. La insoportable levedad del güisquil se transforma así en un interesante bocadillo, más satisfactorio de lo que uno pudiera pensar.
El plato variado de brochetas decía ser para dos personas, lo que me pareció un injusto prejuicio a la vez que válida advertencia. Eran cuatro pares de pinchos de colores y aromas estimulantes que reposaban en un aséptico plato blanco. Un par era de pollo en salsa satay, con vocación picante y delicioso gusto a maní, aunque algo más espesa me hubiera dado mejor impresión.
Otros dos eran de lomito en salsa de ostras y un tercer par era de pescado en salsa de cilantro. Ambas creaciones aromáticas y entretenidas, cocinadas en un punto inmejorable y acompañadas cada una de la salsa que resultaba en buen maridaje.
La más destacada de las brochetas, a mi gusto, fueron las que consistían en rollitos de camarón con salsa de lychee. La salsa era más interesante y llamativa que las demás, y el rollito también tenía una textura más compleja, que mezclaba lo crocante del dorado exterior con el relleno más tierno de la carne de camarón. Más francamente dulce que el resto de salsas, la rojiza salsa de lychee me pareció el toque perfecto para balancear la combinación de los cuatro pinchos.
Mi tercera entrada fue una tempura de cangrejo con salsa de chipotle. La tempura tiene también esas texturas interesantes que combinan tan bien con el aroma de los mariscos, en este caso, camarón y cangrejo. Y este plato hubiera sido muy bueno de no ser por la salsa, que me pareció apática y desganada, sin el vigor y agresividad que me esperaba del chipotle. También me resultó gracioso que sólo sirvieran la mitad de un cangrejo de caparazón suave.
El postre, un sticky tofee, prometía ser acogedor y envolvente, pero a mi criterio, le faltaba aroma y la textura pudo haber sido más suave y menos arenosa.
En balance, Equis me ofreció entradas muy convincentes, que me animan a regresar para probar los platos fuertes para ver si éstos superan a las entradas. Calificación: cuatro lenguas :P :P :P :P
Le recomiendo probar los platos fuertes. Valen la pena. Fui a comer con unas amigas y todas pedimos platos distintos. Tuvimos que hacer ruleta de platos porque estaban espectaculares. Y los postres, TODOS buenísimos también.
ResponderEliminarMuchas gracias, Marielette, efectivamente, muchos platos fuertes se veían muy interesantes!
ResponderEliminarTengo que admitir que admiro mucho lo que hace. Podría decirse que soy enóloga de nacimiento aunque no de carrera, asi mismo sommelier, por experiencia y muchas otras causas. pero poco a poco he seguido sus comentarios de restaurantes y aunque algunas veces no estoy de acuerdo, admiro mucho lo que hace. Mi experiencia en este restaurante viene casi a las dos semanas que abrieron y tengo que admitir que el famoso postre que describe, de todas las veces que lo he comido jamas lo he sentido arenoso, y el aroma es muy bien conbinado. Pero en gustos se rompen generos y de igual forma, para lo que escribo es para decirle, SIGA ADELANTE! felicidades
ResponderEliminarles recomiendo este blog
ResponderEliminarelgourmetguru.blogspot.com
Critic's critic: Muchas gracias por sus palabras, en eso del vino apenas me estoy iniciando, pero creo que voy en camino a tenerle más aprecio a combinar el vino con la comida, que alguna vez escuché a un enólogo decir: "es una sinfonía sin música".
ResponderEliminarAnónimo: suerte con su blog
fui hoy en la tarde solamente a probar postres
ResponderEliminarwow la presentación excelente, el ambiente muy bueno y los postres DELICIOSISIMOS lo recomiendo
bastante.
Los ravioles que usted menciona me encantaron... son de mis favoritos!!! los postres también son muy buenos, voy a equis cada vez que quiero un gustito a solas jijiji
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