Ubicado en la 10av. 5-49 zona 14
Hace algunos años había visitado este lugar y me comí un cuestionable phad thai. No me interesó regresar, hasta que ví que habían remodelado el lugar creando un bistro de comida francesa junto al restaurante de comida internacional.
El ambiente es muy elegante, decorado con un gusto moderno pero sin dejar de ser serio. Me decidí por comer en el bistro, cuya selección de platillos no es muy amplia. Filetes de pescado o filetes de res en presentaciones con salsas cremosas parecía ser lo central del menú.
De entrada pedí un queso brie envuelto en una escamosa pasta de hojaldre, relleno de tomates secos, nueces y otras delicias. El cilindro lácteo reposaba en un plato blanco con dos manchas de salsa, una como de moras o saúco y otra interesantísima de guayaba. La mancha de la salsa de guayaba era algo así como la mancha naranja del logotipo del canal infantil Nickelodeon.
El platillo estuvo bastante convincente, con texturas interesantes, aunque me esperaba que el queso hubiera sido más aromático y que la salsa de guayaba hubiera sido más abundante. Lamentablemente la iluminación del lugar es tan discreta que casi no pude apreciar el colorido del relleno. Creo que es mejor ir de día.
Desde esta muy agradable entrada, mi velada se fue deteriorando. De plato fuerte pedí un Entrecote Café de París, que según el menú estaba acompañada por un sufflé de espinacas. La primera decepción fue que el mesero me indicó que no había tal sufflé, por lo que debía escoger entre papas ralladas y vegetales. Pedí los vegetales.
Bien pude haber hecho una siesta mientras me traían mi orden. Esperé como media hora y por fin llegó mi plato. Era un corte alargado de carne asada con un acompañamiento de ejote, zucchini, papas y zanahoria. Se supone que "Café de París" es una salsa compleja a base de mantequilla, pero este plato no tenía nada de salsa. Cuando corté la carne resultó estar recocida. Sin más, llamé al mesero para que se la llevara, una decepción total.
El capitán muy cortésmente me ofreció otro plato. Pedí un steak tartare ¡a prueba de recocimiento! Me llevaron unos diez minutos después, el picadillo de carne cruda con alcaparras, aceites y otros ingredientes atractivos, incluyendo un huevo crudo. De tono agresivo y desafiante, pimentoso y ácido, con texturas variadas y provocadoras, el steak me dejó una muy buena impresión.
De postre pedí una crème brûlée de pistacho. Bien me hubieran podido decir que era "chánclèta de gûisquìl con caramelo", que igual se los hubiera creído. Realmente he probado chancletas bastante más interesantes que esta crème brûlée.
Cuando me llevaron la cuenta, protesté por que me habían cargado por equivocación un cocktail de vodka de como Q45. Lo corrigieron y en la nueva cuenta, como es normal, escribí mi nombre y NIT para la factura, la que me llevaron luego sin nombre y sin NIT...además había una promoción de L'Occitane, y me esperaba que me trajeran mi vale de L'Occitane junto con mi factura, pero tampoco lo hicieron. Entonces, como niño reclamando el premio de su tapita contramarcada, demandé mi vale, el que me llevaron sin demora.
El queso brie y el seak tartare fueron platos que disfruté. La fracasada entrecote y el postre no fueron convincentes. El servicio lo sentí errático y a destiempo, aunque cortés. En balance, no le daré a Ambia una calificación mayor a dos lenguas y media :P :P :p
quizá lo peor fue la espera por nada verdad? Cuando se pide carne termino medio y viene sobre cocida es muy decepcionante y peor si para la nueva que viene tarda el mismo tiempo y mientras van por el postre los otros nosotros seguimos esperando o los hacemos esperar lo cual es bastante molesto.
ResponderEliminarLe deseo un buen apetito este fin de semana y estaré en espera de sus buenos comentarios.
Saludos
Gracias zigzaga por sus buenos deseos, hasta pronto!
ResponderEliminares interesante como ha sido la evolución de amiba, ahora con el nuevo chef es un concepto diferente, hablando propiamente del menú, aunque la verdad no es nada del otro mundo las nuevas propuestas que nos esta dando el chef, no esta de mas dar una hojeada a los libros de cocina moderna como los de Alinea de Grant Achatz, para darnos cuenta de donde se copia el ingenio, que aquí en guatemala y para todos los comensales, es similar a la revolución culinaria ocurrida en Europa a mediados de los 90`s, hace falta estar informados y al corriente de lo que pasa en el resto del mundo, para no dejarnos "asombrar" por el "ingenio y creatividad" de un cocinero que esta aprovechando la ignorancia y falta de cultura gastronómica de la sociedad guatemalteca, que se deja llevar por conceptos cilinarios de moda, como "cocina molecular, cocina de vanguardia y cocina de autor" para satisfacer su ignorancia y así darle mérito a quien esta haciendo de uso del oportunismo en su gloria. Isaac de la Roca
ResponderEliminar